Raquel Regalado de muy niña y en su hogar se le inculco el servir a la humanidad, ayudando a sus semejantes a levantar sus carga, pero no se vio considerada a llevársela, por eso su meta siempre fue “educar al niño para que más tarde no se tuviera que castigar al hombre”
El ayudar al que lo necesita no sólo es parte de su deber, sino de su felicidad. Si precisas una mano, recuerda que yo tengo dos.
Uno de los secretos profundos de la vida, es que lo único que merece la pena hacer es lo que hacemos por los demás; Regalado cuando sale de la casa a cumplir sus deberes después de dejar a sus hijos instalados y con las labores hechas agradece personalmente a sus colaboradores
Repite a cada rato la doctora Regalado, abogada de muy buenos resultados, cuando ejecuta su trabajo. Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros, lo que hacemos por los demás y por el mundo permanece y es inmortal. Porque no basta levantar al débil, hay que sostenerlo después.
La pregunta más urgente y persistente en la vida es: ¿Qué estás haciendo por los demás?
Nadie es inútil en este mundo mientras pueda aliviar un poco la carga a sus semejantes.