Procuraduría pide la absolución de Luis Alfredo Ramos
El Ministerio Público advirtió ante la Corte Suprema de Justicia que el proceso contra el ex presidente del Senado está viciado por los falsos testigos. El juicio se adelanta esta semana.
Procuraduría pide la absolución de Luis Alfredo Ramos Foto: Archivo particular / SEMANA
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La delegada de esa entidad, Liliana Cardona, repaldó la inocencia de Ramos basada en el hecho de que los principales testigos del proceso han reconocido que sus versiones eran falsas. Al ex presidente del Senado, la Corte lo investiga por el delito de concierto para delinquir agravado por haber participado en una reunión en enero de 2005 a la que también asistieron los jefes paramilitares Alberto Guerrero, excomandante del Bloque Cacique Pipintá y Ernesto Báez, líder del Bloque Central Bolívar. La cita tuvo lugar en la finca Bellanita, propiedad de Hugo Albeiro Quintero, un empresario del transporte condenado por paramilitarismo.
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La defensa de Ramos siempre se ha centrado en probar que aunque la reunión existió, su presencia obedecía a que en ese momento se adelantaba el proceso de paz con los paramilitares y la cita se dio en ese contexto. La delegada de la Procuraduría le dio la razón y aseguró que en la investigación ningún testigo señaló a Ramos de colaborar con las AUC.
Según dijo la funcionaria en la reunión en enero de 2005 entre Ramos y Ivan Roberto Duque, alias Ernesto Baez, no se pactaron acuerdos para influir en la ley de justicia y paz, «tampoco se pactó entraga de dádivas. Su presencia fue pasiva, él solo escucho las diferentes corrientes de opinión sobre el proceso de paz con las autodefensas»
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La Procuraduría agregó otro elemento a favor de Ramos sobre la supuesta financiación de alias El Tuso Sierra a sus campañas políticas pues estimó que las declaraciones de Juan Carlos «el Tuso» Sierra carecen de credibilidad. La procuradora delegada tuvo en cuenta lo dicho por Diego Fernando Murillo, alias Don Berna, quien aseguró que alias El Tuso no tenía incidencia en los aspectos internos de las autodefensas.
El proceso de Ramos ha generado un doble simbolismo. Por un lado, porque es uno de los personajes que el uribismo considera como «víctimas de una persecución judicial». Y el número de falsos testigos que se han acreditado en el proceso podrían dar argumentos técnicos para esta situación. El principal es Carlos Areiza quien ya fue condenado por el Juzgado Penal número 16 del Circuito de Medellín por falso testimonio. Según relató Ramos «él reconoció que todo lo que había dicho era falso. Aseguró que yo recibí dineros de los paramilitares en 2001 y que tenía pruebas en videoclips cuando en esa época no había celulares que pudieran grabar. Dijo que a él le habían dado 100 millones de pesos para dar esa declaración».
En una situación similar se encontrarían otros tres tres testigos. El primero es Mauricio Palacio, aseguró que era el conductor de Ramos, pero en el proceso la defensa ha dicho que ni siquiera lo conocía. El segundo es Andrés de Jesús Vélez, quien fue procesado también por falso testimonio en el proceso contra la ex presidenta del Senado Nancy Patricia Gutiérrez. El tercero es Juan Carlos «el Tuso» Sierra. La Procuraduría fue enfática en desestimarlo como testigo por la falsedad y el cambio en sus versiones.
Por otro lado, el proceso de Ramos puede terminar convertido en uno de los hechos políticos más importantes para el partidor presidencial de 2018. Como se recordara, la captura del ex presidente del Senado alteró la campaña política del Centro Democrático. Para ese momento, el partido del presidente Uribe había convocado a una consulta interna para elegir quien sería su carta contra del presidente Santos. El barón electoral de los paisas, con una trayectoria política de décadas (alcalde de Medellín, ministro, embajador, presidente del Senado y gobernador) tenía la maquinaria y el impulso político para quedarse con ese cargo.
Según dijo él mismo en una entrevista a Semana.com «varios de los falsos testigos hacen sus declaraciones en la fecha en la que yo estaba anunciando mi candidatura presidencial. Todo se dio en agosto de 2013 y para mí y para mi familia fue un drama total». Aunque en esa misma entrevista, Ramos aseguró que no quería hablar de su futuro político, en el uribismo no descartan que si la Corte Suprema lo absuelve, como todo parece indicar que sucederá, el pueda jugar un papel importante en la compleja campaña que apenas comienza.
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