Julio Sánchez Cristo y su esposa Leticia, están felices con su nieto, River, hijo de María y Joseph.
Es que los nietos? ¿Son unos hijos más?…No!, son unos hijos duplicados; en los nietos se alarga la vida, hacia unos límites de amor que no se soñaron, los hijos fueron el testimonio, los nietos la confirmación, por eso se quieren tanto por eso se aman con profundidad, por eso son el mejor juguete espiritual de la edad mayor. Los nietos son un anhelo convertido en realidad A ellos, le damos los besos que tal vez no le dimos a los hijos. Ellos nos dan los besos que quizás ya nadie nos da. Con un nieto en los brazos tenemos también al hijo, tenemos la juventud que se escapó algún día, tenemos el amor verdadero que ya nada pide y todo lo da. Con los nietos se revive la historia del amor y el alma vuelve a florecer, el hogar ya viejo se torna nuevo y se renuevan las esperanzas. Con un nieto se vuelve a ser padre, cuando las posibilidades se han distanciado.
Felicidades a los Sánchez Cristo por la llegada de un nuevo inquilino para este mundo es el deseo de un amigo sincero