Tomado del Nuevo Heral
De todos los colombianos en el exterior cerca del 35 por ciento están en los EEUU, 23 por ciento en España y 20 por ciento en Venezuela. Cerca del 19 por ciento son oriundos de Bogotá, mientras que el 14 por ciento es de Antioquia y el 10 por ciento del Valle del Cauca. La gran mayoría abandonó nuestro país en busca de oportunidades laborales y una mejor calidad de vida. Muchos llevan años viviendo fuera del país, fundando negocios, formando a sus hijos, escalando profesionalmente y se les presta poca atención a su papel en el futuro de nuestro país.
¿Qué podemos hacer por ellos? Para empezar, debemos ser claros en que los servicios consulares son costosos. Mientras en Colombia se paga por un pasaporte 163 mil pesos, en los EEUU el costo se acerca a los 145 dólares. Un certificado de residencia cuesta 43 dólares y una simple apostilla 10 dólares. Si a esto se le agrega la dispersión geográfica consular, los costos de desplazamiento se incrementan y la calidad de la atención sencillamente los espanta.
Consulados Virtuales: Colombia debe migrar a crear, mediante un modelo de concesión de servicios, un Consulado Virtual con firma y registro electrónico que facilite los trámites cotidianos y agilice el acceso a servicios con un menor costo. Esto permite que la atención presencial se limite a situaciones específicas y genere más eficiencia.
Facilidad para la acreditación académica: Debemos hacer más fáciles los trámites de homologaciones de títulos académicos de los colombianos en el exterior para que puedan regresar con facilidad al país a ejercer sus profesiones o poder adelantar el ejercicio laboral en dos jurisdicciones.
Remesas aplicables a créditos: Es importante permitir que los flujos de remesas puedan ser acreditados como ingresos, para solicitar créditos hipotecarios o de inversión por parte de los familiares receptores. Esto permite bancarizar envíos hacia inversiones productivas e inclusive facilitar la inversión de quienes desean regresar para su edad de retiro.
Fortalecimiento cultural y comercial de comunidad: Los colombianos en el exterior pueden ser clave en el desarrollo de oportunidades de negocio para pequeños exportadores y debemos facilitarles la información de productos y servicios, al igual que facilitar trámites que les permitan jugar un papel más activo en sus comunidades. Por otro lado, Colombia debe tener una actividad cultural de diseminación de patrimonio que fortalezca los vínculos con la diáspora.
Nuestros hermanos que están lejos, deben estar más cerca. Ellos sufren y sueñan con su país y es nuestro deber hacerlos parte de nuestra visión de futuro.