El periodismo mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas advertidas y al Gobierno inquieto.
Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias.
El periodismo es una maravillosa escuela de vida.
El poder para moldear el futuro de una República estará en manos del periodismo de las generaciones futuras.
El periodismo es el tejido de mentiras más complejo que jamás se haya inventado.
El periodismo es libre o es una farsa.
Me sorprenden las discrepancias en el mundo del periodismo sobre lo que realmente ocurre, porque hace a lo mejor cinco o diez años sí podía ser cierta esa visión de una arquitectura más conceptual, pero hoy en día esta distinción es totalmente irrelevante.