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Mientras sus compañeros terminaban de ducharse y cambiarse para ir camino del aeropuerto, James pasó por la zona mixta. El colombiano, que en la semifinal contra el América jugó los últimos 20 minutos y dio la asistencia a Cristiano Ronaldo, se quedó en el banquillo esta tarde durante la final. No fue ninguno de los cuatro cambios hechos por Zidane. James, que lleva cuatro meses, desde que empezó la temporada, reclamando más minutos y más espacios, dijo antes de abandonar el Yokohama Stadium que no sabe si se quedará en el Madrid.
El mediapunta lleva jugados 859 minutos en lo que va de temporada, ha dado 9 asistencias y ha marcado dos goles. Perdió peso en el equipo en el que iba a ser el año de su rescate después de las lesiones y suplencias de la campaña anterior. Pero el colombiano no acaba de engancharse al ritmo del equipo. “No puedo asegurar que vaya a seguir. Tengo ofertas y tengo siete días para pensar. Estoy feliz en Madrid, pero quiero jugar más. Tengo un punto de amargura por no haber jugado en la final, pero estoy feliz por el título”, se desahogó el jugador.
Sergio Ramos, el capitán, le reprendió a su manera por haber elegido el momento menos oportuno para hacer esas declaraciones. “No es el día para cuestiones personales…”, dijo el central. Y añadió: “Le tengo especial aprecio y espero que se quede, pero hoy no era el día para esto”.
Zidane no se ha cansado de repetir que James no se irá del Madrid en el mercado de invierno porque él no quiere que se vaya y porque es un futbolista importante que tendrá sus minutos y sus momentos. James se ha cansado de promesas que a su modo de ver no se están cumpliendo. “Está jugando en el club de sus sueños, lo que siempre quiso. No se va a rendir”, decía hace tan solo una semana la madre de James en Noticias Uno.
elpais.com
